El general Nicacio Martinez logró obtener el ascenso más alto en el grado militar, para este reconocimiento el Senado debía aprobar este proceso; Sin embargo este personaje es fuertemente criticado por estar involucrado en la aprobación de asesinatos a personas inocentes en los denominados falsos positivos. Adicional a esto el mencionado comandante también está involucrado en el artículo del NewYork Time frente a la creación de nuevas directrices que permitirían revivir los falsos positivos en el actual gobierno del Presidente Iván Duque.
A pesar de generar debates que exponían las críticas de este general, los siguientes senadores de nariño no dudaron en dar el visto bueno para entregar los cuatro soles: Carlos Eduardo Enríquez Maya, Myriam Alicia Paredez, Berner Zambrano, Guillermo García Realpe. En total con 58 votos frente a 19 se dio vía libre para realizar dicho reconocimiento; de los Senadores de Nariño, únicamente el representante del Partivo Verde dio su voto negativo para este ascenso. En un artículo publicado en la revista Semana se expresa que “Lo critican por hechos que ocurrieron en dos épocas distintas. Entre finales de 2004 y comienzos de 2006, el entonces coronel Martínez era el segundo al mando de la Décima Brigada Blindada. En ese periodo, según un informe publicado por Human Rights Watch, tuvieron lugar al menos 23 casos investigados como supuestas ejecuciones extrajudiciales. Varios soldados de esa unidad han recibido condenas por crímenes que incluyen asesinatos de indígenas, de personas protegidas y agresiones sexuales, según publicó el diario El País, de Madrid, justo en la víspera de la votación del ascenso de Martínez.” El medio nacional también declara que “En su paso por la Décima Brigada, según HRW, Martínez firmó varios documentos controvertidos. En uno, autorizó pagar una recompensa a las fuentes que aportaron información para dos operativos militares. Una de esas acciones terminó con la muerte de dos indígenas, incluyendo a una niña de 13 años, presentados como guerrilleros en un caso que la justicia declaró como una ejecución extrajudicial. Martínez no tiene investigaciones por estos hechos y ha argumentado en su defensa que su cargo era meramente administrativo, y que nada tenía que ver con las operaciones militares que allí se adelantaban. La semana pasada la Procuraduría abrió una investigación preliminar por lo revelado por The New York Times en mayo. Se trata de directrices y formatos distribuidos por orden de Martínez, como comandante del Ejército, que apuntarían a aumentar las muertes, capturas y rendiciones en combate. Varios altos oficiales interpretan esas órdenes como presiones indebidas que podrían desembocar en nuevos casos de falsos positivos.” Por otro lado en el diario de el País de Colombia se expone que ”el comandante en jefe del Ejército de Colombia, Nicacio de Jesús Martínez Espinel, estuvo a los mandos, entre octubre de 2004 y enero de 2006, de una brigada señalada por la Fiscalía por al menos 283 supuestas ejecuciones extrajudiciales en los departamentos caribeños de La Guajira y del Cesar. Al menos 23 casos se remontan a la mencionada etapa, cuando el general era segundo comandante y jefe del Estado Mayor de la brigada. Los documentos proporcionados a EL PAÍS por fuentes cercanas a las indagaciones de los llamados falsos positivos —asesinatos de civiles perpetrados por militares durante el conflicto armado y presentados después como guerrilleros de las FARC— describen episodios ya juzgados, algunos de ellos con sentencia firme, que ponen bajo la lupa las acciones de esa brigada, en la que Martínez asegura haberse dedicado a tareas administrativas. “ |